Desde el punto
de vista nutritivo, la carne, según de qué clase
sea, consta de hasta un 10% de grasa, aproximadamente un 20 % de proteínas, y
de aproximadamente un 70% de agua. Además contiene hierro, potasio y sodio, así
como vitamina A, B, D y K, sustancias que nuestro organismo necesita ¿pero
significa esto de forma categórica que el consumo de carne sea sano?...
Hay quienes
opinan que la carne es un alimento
básico, aunque para consumirlo haya primero que matar un animal. También hay
quien opina que ser matarife es una profesión más, un mero trabajo sin
sentimientos. Sin embargo aunque la carne sea de primera, siempre contiene
sustancias nocivas para la salud, no hay que olvidar
que la carne es parte de un cadáver, es decir, un animal muerto y que ese
producto está indiscutiblemente en proceso de descomposición desde el primer
segundo de la muerte del animal. De hecho la carne no puede ser consumida hasta
pasado unos días por el rigor mortis, un proceso de endurecimiento que precisa
colgar la carne hasta que comienza a ablandarse y es aquí cuando el proceso de
envejecimiento de la carne comienza.
Mientras que en
el año 1950 se consumían anualmente una media de 26 kilos de carne por persona,
actualmente se consumen más de 60 Kilos por persona al año. ¿No es lógico
pensar que dicho aumento puede tener consecuencias? Los médicos en la
actualidad se enfrentan con más enfermedades
cardiovasculares, tensión alta, exceso de peso o diabetes melitus, también
están aumentando las enfermedades de las articulaciones y las enfermedades
tumorales, y esto a pesar de los adelantos de la medicina moderna. Sin embargo
es interesante constatar que estas enfermedades aumentan a la par que el consumo
de carne.
La idea
de que la carne es necesaria para la
salud fue rebatida por la
ciencia hace ya tiempo. En las últimas décadas se han realizado muchas
investigaciones epidemiológicas
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